Deseaba alguien que no pretendiera de mi, el ser fuerte a cualquier costo, porque, hasta las montañas rocosas, poco a poco, con el viento se desgastan.
Y el día pasó entre sol, viento, charlas, tuercas, grasa, resortes, soportes polvo y olor de solvente en las manos... Una poesía del buen viejo trabajo manual...