La prigione/La prisión
La prigione
Sentinella di una fortezza nera,
nel crepuscolo dei giorni,
un vento gelido colpiva le rocce dello strapiombo.
I maghi invisibili porgevano messaggi infidi di pena.
Strariparono i venti quando un angelo invisibile
tese le mani verso la pietra malata.
Il vento nero usciva dal villaggio corroso e non si fermava,
cercava un sedile per spogliarsi del suo turbine vanesio
e appuntava, appuntava verso loschi quaderni fuggenti.
Siede l’angelo annerito nella solitudine della pietra,
aspetta il fascio argentato dall’altezza impalpabile.
Vinto l’oblio del villaggio,
l’incantata rosa di angustie frantumava
e franava l’acqua aggrumata di sale e silenzio.
La prisión
Sentinela de una fortaleza negra
en el crepúsculo de los días,
un viento helado golpeaba las rocas de los acantilados.
Los magos invisibles alcanzaban mensajes infidentes de pena.
Se desbordaban los vientos cuando un ángel invisible
tendió las manos hacia la piedra enferma.
El viento negro salía de la aldea corroída y no se detenía,
buscaba un asiento para desnudarse de su turbulencia vana...
y apuntaba en confusos cuadernos huyentes.
Se sienta el ángel pardo en la soledad de la piedra,
espera un haz plateado desde alguna altura impalpable.
Vencido el olvido de la aldea,
el hechizo de la rosa de las angustias se despedazaba
y se derrumbaba el agua grumosa de sal y silencio.